Esta mañana 200.000 fieles procedentes de todo el mundo han acudido para dar el último adiós al Papa Francisco. Entre las autoridades presentes en primera fila en la plaza de la basílica se encuentra el Gran Maestre de la Soberana Orden de Malta, Frey John T. Dunlap, que ha encabezado una delegación oficial compuesta por el Gran Comendador, Frey Emmanuel Rousseau, el Gran Canciller, Riccardo Paternò di Montecupo, el Gran Hospitalario Josef D. Blotz y el Recibidor del Común Tesoro, Fabrizio Colonna.

El funeral solemne ha sido oficiado por el decano del colegio cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re, y concelebrado por otros 980 cardenales, obispos y sacerdotes. En su homilía, el cardenal ha recordado el compromiso incansable del papa Francisco por la paz, la justicia social y la inclusión de los marginados: “El hilo conductor de su misión fue también la convicción de que la Iglesia es una casa para todos; una casa de puertas siempre abiertas. Recurrió varias veces a la imagen de la Iglesia como “hospital de campaña” después de una batalla con muchos heridos; una Iglesia determinada y deseosa de hacerse cargo de los problemas de las personas y los grandes males que desgarran el mundo contemporáneo; una Iglesia capaz de inclinarse ante cada persona, más allá de todo credo o condición, sanando sus heridas”.

Con su presencia, el Gran Maestre ha reiterado el homenaje y la oración de toda la Orden de Malta por el pontífice argentino, que ha guiado a la Iglesia con humildad, firmeza y misericordia durante más de una década. Con su misión de asistencia a los pobres y los que sufren, la Orden ha encontrado en el papa Francisco un guía espiritual y un defensor de los valores que promueve a través de sus innumerables obras de asistencia en todo el mundo. A lo largo de su pontificado, Francisco ha recibido en audiencia a la delegación de la Orden en la festividad de San Juan Bautista, siguiendo con gran interés y aliento el informe anual del Gran Maestre sobre las iniciativas de la Orden en el mundo en favor de los necesitados.

“La Orden de Malta siempre ha recibido el apoyo y la cercanía del Santo Padre en su servicio a los enfermos y a los más vulnerables”, ha recordado el Gran Maestre. “Es nuestro deber, hoy más que nunca, dar gracias por su pontificado y rezar para que el Señor le conceda la recompensa prometida a los siervos fieles”.